En las comunidades andinas remotas, prácticamente todos los acontecimientos importantes van precedidos de un "pago a la tierra".
Los aldeanos recogen y preparan, en pequeñas bolsas de papel, las ofrendas que se componen de dulces, pequeños regalos, alcohol y k'intus (estas 3 hojas de coca acompañadas de semillas de Huayruros).
Las ofrendas se rocían con alcohol, se queman y se entierran en un lugar específico.
La ceremonia es realizada por un pampamisayoc, una especie de sacerdote andino, o presidida por un altomisayoc que tiene el don de poder comunicarse directamente con los espíritus y los Apus. Los Altomisayoc son cada vez más raros en los Andes: son los sumos sacerdotes de los Andes; recibieron sus vocaciones durante un sueño, durante una inmersión en un lago helado o si sobrevivieron al impacto de un rayo.